TABACO Aprende a fumar o déjalo definitivamente. Hipocresía estatal y demonización del tabaco.

           CONFERENCIA – COLOQUIO sobre el hábito del consumo de un producto legal, con el cual los gobiernos se benefician enormemente (más o menos un 80%) y sin embargo demonizan hasta el punto de crear sentimientos traumáticos de culpabilidad a los vendedores – que son concesionarios administrativos autorizados por los gobiernos – y en los consumidores remordimientos, angustias, impotencia, estrés y en general muchos más desequilibrios personales y sociales.
Ante todo, para no crear equivocaciones y aunque pueda parecer una contradicción, no es nuestra intención hacer apología del consumo del tabaco ni incitar a su consumo. Lo que si queremos es enseñar tanto a los fumador y a los profesionales del tabaco como por supuesto también a los no fumadores e inclusive a los fanáticos antitabaco a conocer a fondo qué es realmente el tabaco sin las  hipocresías ni los prejuicios e infundios que han sido creados por sectores radicales tanto a favor como en contra de su consumo. Si lo conseguimos lograremos des-demonizar todo lo relativo al tabaco, eliminando todos los traumas creados artificialmente en torno a él, logrando un equilibrio justo, siendo respetuosos tanto con los fumadores como sobre todo y máxime con los no fumadores y sobre todo enseñar de una forma eficaz y razonada a eliminar el “vicio” del tabaco si se desea, y si no y en última instancia enseñar a los fumadores a hacer un uso consciente y razonable del tabaco.
 Todo tiene una graduación en calidades, incluso la peor de las drogas, lo mismo pasa con el tabaco, por lo tanto si nos gusta fumar y queremos dejar el vicio del tabaco y aprender a fumar buscaremos ya sea tabaco en cualquiera de sus formatos o incluso en cigarrillos la máxima calidad – mínimo uso de aditivos, tabaco natural…- rechazando sobre todo lo más bajo en calidad que son los cigarrillos de contrabando que son de dudosa procedencia y no garantizan ningún control., reduciendo al máximo su consumo y aprender a disfrutar así realmente del momento de la fumada.
¿No sería formidable que existiera un equilibrio entre fumadores y no fumadores sin conflictos y ante todo sin ningún tipo de prohibición?
Hasta aquí os habréis dado cuenta que hemos empleado la palabra “tabaco” y no “cigarrillo”, eso es sencillamente porque desde el principio y para conseguir nuestro objetivo es necesario hablar con propiedad al máximo. Brevemente podríamos decir que tabaco es una planta de la cual se aprovechan las hojas, para entre otros productos, y con más sustancias añadidas artificialmente se elabora el cigarrillo. Esa mezcla de tabaco, aditivos y hasta miles de componentes químicos  se lían  en papel tratado también químicamente y en el extremo que entra en contacto con la boca del fumador se pone un filtro de algodón dando lugar así a la elaboración del “cigarrillo”.
El diccionario de la Real Academia Española define tabaco en sus dos primeras entradas así:
1. m. Planta de la familia de las Solanáceas, originaria de América, de raíz fibrosa, tallo de cinco a doce decímetros de altura, velloso y con médula blanca, hojas alternas, grandes, lanceoladas y glutinosas, flores en racimo, con el cáliz tubular y la corola de color rojo purpúreo o amarillo pálido, y fruto en cápsula cónica con muchas semillas menudas. Toda la planta tiene olor fuerte y es narcótica.
2. m. Hoja de esta planta, curada y preparada para sus diversos usos.
Y define cigarrillo así:
1.     m. Cigarro pequeño de picadura envuelta en un papel de fumar.
Cigarro:
1. m. Rollo de hojas de tabaco, que se enciende por un extremo y se chupa o fuma por el opuesto.
Solanácea:
1. adj. Bot. Se dice de las hierbas, matas y arbustos angiospermos dicotiledóneos que tienen hojas simples y alternas, flores de corola acampanada, y baya o caja con muchas semillas provistas de albumen carnoso; p. ej., la hierba mora, la tomatera, la patata, la berenjena, el pimiento y el tabaco. U. t. c. s. f.

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