Sábado día 5 de Enero de 2013.
Entré a desayunar a un bar cerca de un centro de salud en Málaga y cuando me disponía a salir vi como una mujer vestida con uniforme sanitario, antes de salir del bar cogió un cigarrillo y se lo llevó a la nariz para olerlo.
Lo primero que pensé es lógico... le gusta y va a disfrutar de su cigarrillo después del desayuno (ojalá pudiera ser así, disfrutar realmente de uno o dos cigarrillos algún día que otro -algo más difícil que dejarlo del todo que es lo mejor).
Quizás porque me transmitió confianza y algo positivo le pedí permiso y le dí mi tarjeta mientras le comentaba lo que pensaba a lo que ella me contesto que no fumaba, que después de 40 años fumando un buen día lo dejo de golpe, sin terapia ni tratamiento, pero que le gusta el olor del tabaco (no del tabaco quemado) y por eso en algunos momentos coge un cigarrillo, huele el tabaco y ya está.
Un gran ejemplo de fuerza de voluntad y seguro que de motivación y ante todo percibí que en ella no había ese fanatismo intolerante que a veces suelen tener much@s ex-fumador@s sino que todo era sinceridad,naturalidad y respeto.
Muchas gracias por tu ejemplo.
1 comentario:
Cmo me digiste te escribo aquí para una prueba, saludos.
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